Cuando se trata de los riesgos a los que se enfrentan las instituciones, no podemos ignorar el riesgo legal. ¿Por qué? Porque el incumplimiento de normativas y obligaciones puede generar pérdidas monetarias y daños irreparables a la reputación.
El riesgo legal abarca el incumplimiento de leyes y regulaciones, así como las consecuencias desfavorables de resoluciones judiciales y administrativas. Además, no podemos olvidar el impacto que tiene el incumplimiento de contratos y acuerdos comerciales con terceras partes.
En ambos casos, las consecuencias pueden ser catastróficas para tu negocio. Imagina enfrentarte a multas y sanciones que amenacen la continuidad de tus operaciones. ¡No es algo que quieras experimentar!
Para evitarlo, es fundamental tener un enfoque proactivo en la gestión del riesgo legal. Esto implica comprender y cumplir las normativas pertinentes, establecer políticas y procedimientos adecuados, y asegurarse de que tu equipo esté capacitado y consciente de sus obligaciones legales.
Además, es vital contar con un sólido sistema de control interno para supervisar y monitorear regularmente las actividades de tu institución. De esta manera, podrás detectar y corregir posibles incumplimientos a tiempo.
La gestión del riesgo legal no solo te protege de pérdidas financieras y daños a la reputación, sino que también fortalece la confianza de tus clientes, socios comerciales y reguladores. Al adoptar un enfoque proactivo y sistemático, estás asegurando la sostenibilidad y éxito a largo plazo de tu negocio en un entorno empresarial cada vez más complejo.
En resumen, no puedes permitirte ignorar el riesgo legal. Implementar medidas efectivas de gestión del riesgo legal te ayuda a proteger tu negocio y reputación. ¡No te arriesgues a sufrir las consecuencias!
Por: Lic. Darling Berrios
Asesora CYCCO